Los arquitectos piden cambios “radicales” en la ley de concursos

España,  10/11/2009 | Está recién llegado, pero no piensa callarse. De "muy grave" califica el nuevo presidente del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), Jordi Ludevid, la ley de concursos vigente para la adjucación de proyectos de la Administración -una de las mayores proveedoras de obras-. Y pide cambios "radicales" en ella. Es una norma, explica Ludevid, que se utiliza de forma abusiva: "Los arquitectos, en un concurso de ideas, son requeridos a presentar anteproyectos sin ninguna retribución, lo cual presenta indicios de inconstitucionalidad porque obliga a trabajar a un profesional sin cobrar. Eso supone que millones de euros que se han invertido en la realización van a la cloaca. Es trabajar sin cobrar de una forma escandalosa y que no ocurre en otros países de nuestro entorno", explica. El próximo enero tomará posesión como presidente del Consejo en sustitución de Carlos Hernández Pezzi.

Se trata de la misma ley que rige, además, en otras cuestiones ajenas a la arquitectura, como es el suministro de bienes. "Y la arquitectura no es comprar impresoras".

La solución que propone es una selección previa de propuestas, en la que no se trabaje tanto, y que se pague a los elegidos para concursar. También apuesta por la creación de un consorcio, con las administraciones y los colegios de arquitectos, que garantice un jurado de calidad y transparencia. "Los españoles en arquitectura somos punteros y los concursos expresan la necesidad de una sociedad urbana de tener buena arquitectura. Y si no resolvemos esto cuanto antes estamos poniendo en cuestión el sentido de la profesión".

Ludevid, decano del Colegio de Arquitectos de Cataluña, no dudó en mandar una carta al presidente Zapatero sobre las cuestiones que preocupan a los arquitectos en el nuevo contexto profesional y económico. Ahora se realiza sólo el 10% de los proyectos que se hacían hace tres años (de un millón aproximadamente se ha pasado a 100.000), una caída que califica de "dramática". La alternativa pasa por valorar actividades que en épocas previas y más boyantes estaban minusvaloradas o en un segundo plano, como la rehabilitación, un gran campo de acción para la nueva arquitectura.

( Vía: El País )

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