Mansilla y Tuñón construirán el Museo de la Vega Baja de Toledo

El concurso internacional de ideas para el futuro Museo de la Vega Baja de Toledo ha sido ganado por el estudio de arquitectos Mansilla y Tuñón, el equipo que, según el jurado, respondía mejor a las condiciones y requerimientos fijados.

En el fallo se ha tenido en cuenta la calidad arquitectónica, las soluciones planteadas a los problemas urbanísticos existentes y la integración del museo en el entorno. A este concurso se presentaron los estudios de arquitectos tan conocidos como Zaha Hadid, Richard Rogers, Toyo Ito, Alejandro Zaera o Dominique Perrault, pero el jurado se decantó por el El Cuadrado y La Cruz, de Mansilla y Tuñón.

Inspiración visigoda

Se trata de un proyecto sencillo y viable, basado en la originalidad y en la arquitectura visigoda, que se integra en el área y paisaje de la Vega Baja formando parte de él. La elección de los materiales, los criterios ambientales y el ahorro energético han sido características esenciales valoradas por el jurado.

La Vega Baja es una amplia zona de la ciudad de Toledo que fue ocupada por los romanos, de cuya época queda el circo del siglo I y los restos de una serie de villas. Recientes excavaciones han demostrado que también fue la capital de los visigodos en España, razón por la que se comenzó a desarrollar un proyecto para ordenar el espacio, su estudio y dinamización de la zona. En este entorno se integrará el museo, que acogerá la cultura visigoda desde los siglos I al X, un Centro de Interpretación y un Centro de Investigación del Patrimonio Histórico.

El Cuadrado y la Cruz

El proyecto presentado por Mansilla y Tuñon plantea una serie de edificios unidos entre sí que ocupan el territorio de forma orgánica, creando múltiples puntos de vista y aportando dinamismo al conjunto. Son piezas de reducida altura (ninguna sobrepasará los diez metros) en sintonía con el paisaje que le rodea y los edificios próximos, realizadas con materiales como el hormigón, y pintadas en colores terrosos en sus caras externas, mimetizándose con el entorno. Su planta cuadrada y su techo a dos aguas están inspirados en la orientación de las antiguas iglesias visigodas, de planta de cruz griega, y en el entramado urbano del casco histórico de Toledo.

El hecho de ser módulos unitarios permite que se vayan usando a medida que se construyan sin necesidad de terminar el conjunto por completo. Estos módulos están realizados en hormigón, con muros dobles para la ventilación de todas las fachadas, y elevados sobre bovedillas de hormigón con el fin de evitar humedades. Los suelos son pavimentos industriales con calefacción por suelo radiante. 

Desde 1992, año en que fundaron su propio estudio, Mansilla y Tuñón han estado dedicados a la práctica constructiva y proyectual pero combinándola con la teoría y la docencia en la Escuela de Arquitectura de Madrid. Han recibido numerosos premios, como el prestigioso Mies van der Rohe de Arquitectura, el Premio de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea o el Premio Nacional de Arquitectura Española.

En 1993 fundaron la cooperativa de pensamientos CIRCO, editando una publicación del mismo nombre, que fue galardonada con el premio de la III Bienal Iberoamericana de Arquitectura e Ingeniería, el premio C.O.A.M y el premio especial de la crítica FAD 2007.
 

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